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El mes de agosto está llegando a su fin. ¿Qué rápido se acaba lo bueno, verdad? Después de nuestras merecidas vacaciones de verano, de descansar, de disfrutar de la playa, la montaña o cualquier otro lugar que nos ha hecho olvidar la rutina diaria toca volver a empezar. Uno de los objetivos que solemos proponernos siempre en septiembre a la vuelta de vacaciones es cuidarnos un poquito más aunque no siempre es fácil.

Walkers' Feet

Pero este año será distinto. Desde Sport&Balance os propondremos a lo largo de las próximas semanas una serie de prácticas deportivas sencillas para que la “cuesta de septiembre” en cuanto a entrenamiento físico sea mucho más llevadera y estemos en forma a lo largo de todo el año.

Comenzamos esta serie de post con una actividad que practicamos todos los días aunque no queramos: caminar. En la actualidad andar se ha convertido en una actividad muy popular al igual que correr. Es un excelente ejercicio que se puede practicar en cualquier lugar y a cualquier edad.  Quizá sea el deporte que menos cuesta empezar a practicar y al que más fácil nos habituamos. La OMS recomienda andar al menos 30 minutos al día para mantener una vida activa.

Esos 30 minutos podemos practicarlo en cualquier momento del día: mientras vamos al trabajo, al volver de él, si vamos a buscar a los niños al colegio o, simplemente, si queremos olvidarnos del estrés del día marcándonos una ruta que esté cercana a casa. Sin duda es una actividad para la que las excusas no sirven. Además caminar, y en general, la práctica habitual de ejercicio físico ayuda a prevenir la osteoporosis, el riesgo de sufrir infarto y determinados cánceres.

Otras de su ventajas son:

  • Mejora la sensación de bienestar y la capacidad de concentración
  • Disminuye los efectos del estrés
  • Disminuye el riesgo de arterioesclerosis.
  • previene la aparición de diabetes y mejora la respuesta a la insulina en pacientes diabéticos
  • favorece el tránsito intestinal reduciendo así el estreñimiento
  • mantiene saludable al sistema respiratorio
  • ayuda a controlar y reducir peso
  • ayuda a prevenir la osteoporosis y puede ayudar a mejorar problemas articulares.

Además, andar también te prepara para más adelante practicar otras actividades que requieren más fondo físico, como el running u otros deportes en grupo. ¡No te lo pienses más y echa a andar!