Entre las principales causas para abandonar la práctica deportiva se encuentran la falta de tiempo, presiones académicas o laborales y la pereza. Este factor es uno de los más decisivos según el estudio «Motivos de abandono y no práctica de actividad físico-deportiva» realizado en la Universidad de Granada.
La desgana puede ser una barrera para realizar nuestras actividades diarias y disfrutar de nuestra vida plenamente. Más allá de las dolencias físicas o psicológicas, hay razones externas e internas para este comportamiento.
¿A qué se debe la pereza a la hora de practicar deporte?
El sedentarismo físico, debido a nuestra sociedad actual y las comodidades con las que contamos, tendemos a la inactividad física. Lo que produce el deterioro de la circulación cardiovascular, aumento de peso, todo ello en detrimento de nuestro rendimiento, vitalidad y calidad de vida. Cambiar estos patrones de conducta es fundamental para que nuestro plan físico llegue a buen término.
Falta de motivación o desánimo, producida por la rutina y monotonía diaria. Para lo cual debes enriquecer tu vida aportándole experiencias nuevas, aprender pensar de manera positiva y regalarte tiempo para dedicarte exclusivamente a ti. Procura tener una visión a largo plazo, no centrarte sólo en el esfuerzo físico inmediato sin contar con las consecuencias positivas que tendrá en tu salud en un futuro.
Cansancio ocasionado por el ritmo de vida que llevamos, la falta de sueño o el estrés. Evitar el agotamiento depende de la alimentación y el ejercicio que realizamos, lo que puede suponer un círculo vicioso.
Cómo combatir la pereza
Para evitar la pereza y conseguir cumplir con nuestros objetivos físicos se deben seguir unas pautas y ser constante.
La primera de ellas es crear un hábito. Según el psicólogo William James para trasladar un hábito a nuestras rutinas cotidianas se necesitan 21 días. Es importante que el hábito de hacer deporte no es convierta en una obligación, ya que, esto nos desmotivará.
Es importante además fijar metas alcanzables y el plazo para cumplirlas. Puedes llevar a cabo una planificación con fechas estimadas en las que quieres cumplir tus metas, algo tan sencillo puede ayudarte que no abandones tu plan por el camino. Tampoco intentar hacerlo todo bien el primer día, sino ir paulatinamente acostumbrándote al entrenamiento.
Practicar deporte con otra persona. Está comprobado que el entorno social puede llegar a influir en nuestro estilo de vida, y mucho más si se trata de nuestro ambiente más cercano como pueden ser amigos o familiares. El entrenamiento se hará más ameno en compañía, compartirás tus experiencias y también contarás con una ayuda en caso de necesitarla para algunos ejercicios.
Darle la importancia que merece a nuestro cuerpo y dedicarle el tiempo que necesita. No subestimar y tener muy presente los beneficios que el deporte tiene para nuestra salud cuando lo practicamos, como la mejora física, el aumento de la autoestima y la relajación.
Ante todo, no te pongas límites y confía en ti mismo y en los resultados que conseguirás.